En la naturaleza se puede observar a mayor o
menor grado la capacidad regenerativa. Pero hayun
anfibio que
llama bastante la atención y es objeto de mucho estudio por su capacidad de
regenar uno de sus miembros, por ejemplo, su pata, pero es
capaz de hacerlo no una sola vez, sino varias veces.
Hablamos de la salamandra. Cuando una de estas
salamandras pierde, por ejemplo, una pata, se forma sobre el muñón una pequeña
protuberancia, llamada blastema. El blastema sólo tarda 3 semanas en
transformarse en una nueva pata completamente funcional, un periodo bastante
corto si tenemos en cuenta que el animal puede vivir 12 años o más. En
un ser humano, eso equivaldría a regenerar una extremidad en no más de 5 meses.
Veamos este
procediemiento más detalladamente:
Cuando se amputa a una salamandra una de sus
patas, los vasos sanguíneos del muñón se contraen pronto: se
reduce la hemorragia y una capa de células dérmicas recubre rápidamente la
superficie.
Durante los días siguientes a la lesión, esa epidermis se transforma en una
capa de células emisoras de señales indispensables para el éxito de la
regeneración.
Fibroblastos (células del tejido conectivo
que intervienen en la cicatrización de heridas) migran y se desplazan por la
superficie del corte para congregarse en el centro de la herida. Allí
proliferan las células de blastema.
Hasta hace unos pocos años, se
creía que
las células de blastema eran capaces de regenerar cualquier tejido. Pero un
estudio desarrollado por el Centro de Terapias Regenerativas de Dresde en
Alemania y publicado en 2009 ha demotrado que que las
células de blastema no se vuelven pluripotenciales durante la regeneración de
miembros.
¿Que significa esto?
En vez de ello, retienen
una fuerte memoria de su tejido de origen embrionario. Es decir, que las
células del músculo fabrican músculo y las del cartílago, cartílago. Según los
investigadores, el potencial de las células es restringido, y no puede ocurrir
que regeneren cualquier tipo de órgano o tejido.
La salamandras lo
hacen sin cicatrices
Además de regenerarse, las salamandras lo
hacen sin que les queden secuelas tales como cicatrices. Reconstruir tejidos
sin dejar cicatriz alguna es algo que también resultaría
muy beneficioso para el Ser Humano, ya que el tejido cicatricial en ciertas
partes de la anatomía humana puede impedir la correcta recuperación de la
funcionalidad de las mismas, más allá de las cuestiones estéticas de lucir
cicatrices en lugares visibles.
¿Verdad que es
impresionante la naturaleza? ¡Bastante compleja!
Por E.R
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