Son las 15,29 h del viernes 11 de marzo de 2011. Los operadores
de la central de Fukushima vigilan los indicadores. Acaban de superar con éxito
un terremoto de magnitud 9, los reactores 1, 2 y 3 han entrado en parada
automática y los valores son normales. No es la primera vez que la central
tiembla por un seísmo y, ante la previsión de tsunamis, dispone de un muro
capaz de detener olas de hasta siete metros. Pero lo que se acerca por el
horizonte es un monstruo con una altura de más de cuatro plantas imparable ante
cualquier contención.
A las 15.30 h la central recibe la primera sacudida del tsunami. A las 15,46 una ola de 14 metros supera el muro de serguridad, inunda por completo las instalaciones y está a punto de alcanzar el nivel de la sala de control. El agua se lleva por delante los equipos eléctricos, entra en los sótanos y destroza los generadores diesel de emergencia que alimentan los sistemas de refrigeración. Dos trabajadores que están en el edificio de turbinas de los reactores 3 y 4 se ven sorprendidos por el agua y mueren ahogados. Acaban de empezar las 24 horas más angustiosas del segundo accidente nuclear más grave de la historia.
A las 15.30 h la central recibe la primera sacudida del tsunami. A las 15,46 una ola de 14 metros supera el muro de serguridad, inunda por completo las instalaciones y está a punto de alcanzar el nivel de la sala de control. El agua se lleva por delante los equipos eléctricos, entra en los sótanos y destroza los generadores diesel de emergencia que alimentan los sistemas de refrigeración. Dos trabajadores que están en el edificio de turbinas de los reactores 3 y 4 se ven sorprendidos por el agua y mueren ahogados. Acaban de empezar las 24 horas más angustiosas del segundo accidente nuclear más grave de la historia.
Por P.P
Entonces tenían que estar preparados para cualquier imprevisto por si el agua volvía a sus hogares.
ResponderEliminar